Aclaración previa

Soy Lince Cárdenas, estudiante de quinto semestre de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana.

Este blog es una iniciativa individual para cumplir con requisitos de la asignatura de Columna y Opinión y es un ejercicio pedagógico.

EL CONTENIDO DE ESTE ESPACIO ES PERSONAL Y NO COMPROMETE LA OPINIÓN DE LA INSTITUCIÓN.

martes, 21 de agosto de 2012

¿Paz con partidos tradicionales divididos?





La injustificada expulsión del PCC de las filas del Polo Democrático ha generado un debate  agitado dentro del espectro de izquierda del país. Clara López y la junta ejecutiva alegan, no con muchos argumentos, que el Partido Comunista Colombiano incurrió en doble militancia por apoyar expresamente al movimiento juvenil Marcha Patriótica. Por otra parte, Gloria Inés Ramírez, senadora del PCC, y Carlos Lozano, director del periódico LA VOZestán en desacuerdo con la medida ejecutiva del  Polo, tienen intención de instaurar una demanda y han criticado fuertemente a sus dirigentes, pero el partido no se ha pronunciado oficialmente con respecto a si, en dado caso se anula su expulsión, se quedan o no militando en el Polo.


Es un momento coyuntural importante donde los partidos políticos tradicionales, en especial la izquierda, se están desmoronando y quedando cortos en vísperas de un proceso de paz y un posible momento de postconflicto. La ciudadanía debe replantearse las ideologías por medio de la construcción de grupos sociales más cohesionados que manifiesten el estado actual de sus objetivos e intereses, para lograr un cambio en el rumbo del país que corresponda a las necesidades reales y no a las confrontaciones partidistas tradicionales.


Luis Mena, periodista y especialista en derecho constitucional,  expresó, con razón, en el periódico Paréntesis, que la doble militanciaes el pretexto que utilizan quienes quieren adueñarse del aparato partidario, para convertirlo en una fábrica de avales e instrumento de alianzas sin principios". De seguro no está de más recordar que el Polo es un partido que reunió varias tendencias internas a las que ninguno de sus integrantes renunció a militar de facto. Constituye una doble moral hablar de militancia múltiple.

El comité de ética del Polo desautorizó a Clara López y ésta insistió enérgicamente en que éste no tenía competencia en el asunto. No está claro entonces cuál es la función del comité de ética del partido si éste no puede alegar sobre las decisiones de los funcionarios. Por otra parte, después de que el partido Conservador casi se queda por fuera del umbral mínimo para representación social política, tanto Noemí Sanín, como Andrés Felipe Arias, se quemaron y enlodaron hasta no más poder. Y el último conservador en el poder fue Laureano Gómez. Además, Juan Manuel Santos anunció los delegados y el inicio de las negociaciones con las Farc, con el apoyo de su gabinete, mientras que Álvaro Uribe reprochó la acciónoponiéndose, al suponer que el comunismo (terrorismo) dominarían a Colombia si se reconoce un conflicto armado, siempre negado. La contradicción en los espectros políticos es tal que Santos reconoce que las relaciones no es que están bien con Uribe.

Y es que desde la reforma nacional electoral del 2003, el sistema de partidos políticos en Colombia ,como dice Juan Carlos Gómez, investigador en comunicación pública, fue un cambio que los políticos "querían" hacerse a sí mismos, pero que a la larga modificó todo para no trasformar sustancialmente nada. Elizabeth Ungar Bleier y Carlos Arturo Arévalo, politólogos de la Universidad de los Andes,  expresan en su investigación 'Sistema de partidos en Colombia, hoy: Crisis o reordenación institucional', que con la aparición paulatina de nuevos movimientos de izquierda y derecha en el 2004 (a raíz de dicha reforma, como lo fueron el polo democrático alternativo, la U y la Alianza democrática) el espectro ideológico del país se enfrentaría a nuevos retos y desafíos en el terreno de lo político.


Aunque se buscaba fortalecer las ideologías y propuestas de los partidos políticos y reducir el grado de personalización de la política, dicho cambio legislativo, además de incluir la lista única e incoherentemente a la vez el voto preferente, estableció la  medida de un umbral de 2% mínimo con respecto al total de votantes para hacer representativa una colectividad. Como es de suponerse muchos partidos se quemaron, mientras otros se unieron. Sin embargo, dicha medida causó que hoy en día tengamos una amalgama de ideas mas o menos semejantes reunidas bajo partidos divididos internamente que a la larga no parecen ser más que etiquetas públicas. Y allí está la crisis. Resulta curioso que ocho años después, tanto la izquierda como la derecha (el mismo Polo y la U) estén en una posición de división interna, personalizada y que evidencia a la ciudadanía la necesidad de un cambio.


En la investigación de Ungar y Arévalo, Horacio Serpa pronunció que "los colombianos debiéramos asumir el compromiso de consolidar, alrededor de la lucha por la convivencia, un propósito nacional. En Colombia no tenemos un solo propósito sobre el cual participemos todos los colombianos y tiene que haberlo: la lucha por la paz, la lucha contra la pobreza, el establecimiento de la democracia...etc". Con ello, proponía que los colombianos se reunieran alrededor de un proyecto de nación común sobre el cual los políticos debieran trabajar más dedicadamente.

Juan Pablo Ramírez, politólogo de la javeriana, dice que los partidos políticos no están de capa caída sino que responden a las necesidades públicas actuales de forma incluyente con la sociedad, pero nuevamente me remito a la reforma electoral del 2003 que es el marco legal que rige la movida electoral actualmente; habiendo tantos temas vitales para tratar, realmente, ¿los partidos políticos atendían a necesidades públicas cuando cambiaron en el papel todo el sistema para a la larga seguir siendo personalistas? Definitivamente, los partidos parecen un círculo de personas que hablan más de cómo conservarse en el poder que de qué hacer mientras están en él. Antonio Navarro dice que éste es un sistema político lleno de personalismos, donde " no hay partidos, a lo sumo hay carpas donde cada uno tiene su microempresa. Además, el sistema político colombiano sufre de clientelismo y es muy disperso". La política está tristemente individualizada a tal punto que, como lo dice Juan Carlos Gómez, investigador del observatorio de medios de la Universidad de la Sabana, se puede identificar cualquier partido con una única figura pública. La desfiguración de los partidos políticos como entidades reconocidas ha generado que las personas en lugar de identificarlos por sus principios y raíces, los identifique por figuras políticas que los representan y se identifiquen con ellos mismos. La forma en que se hace política en Colombia es incluyente en el papel, en la práctica hay dudas y también procesos en los juzgados. La personificación de la política está tan avanzada que se asume una ruptura del partido de la U con las constantes confrontaciones entre Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe. 


La personalización de la política continúa. Los partidos políticos están cada vez más divididos. No se sabe qué buscan y qué representan para la sociedad colombiana. No tienen una meta clara, una ideología concreta; y en este momento, en el que el mundo nos observa, no se está respondiendo con madurez política.